Contenido médico revisado por Dr. Paco Simó, oftalmólogo veterinario de IVO. Última actualización: 19 Diciembre 2024
«Las enfermedades orbitarias en perros pueden causar exoftalmos, dolor y pérdida de visión. Un diagnóstico temprano es clave para evitar complicaciones graves.»
¿Qué son las enfermedades orbitarias en perros?
Las enfermedades orbitarias en perros son afecciones que afectan la cavidad orbitaria, el espacio que rodea el globo ocular y contiene músculos, nervios, vasos sanguíneos y tejidos conectivos que sostienen y protegen el ojo. Debido a la anatomía particular de los perros, donde la órbita es incompleta y está parcialmente formada por huesos y tejidos blandos, estas enfermedades pueden ser relativamente comunes y a menudo graves. Las enfermedades orbitarias en perros pueden causar síntomas como la protrusión del ojo (exoftalmos), dolor, disminución de la movilidad ocular, y en algunos casos, pérdida de visión. La detección y el tratamiento tempranos son esenciales para preservar la salud ocular y general del perro.
Síntomas de las enfermedades orbitarias en perros
Los síntomas más comunes de las enfermedades orbitarias en perros incluyen:
Exoftalmos: Protrusión del globo ocular hacia afuera, lo que da al ojo una apariencia abultada. Este es uno de los signos más evidentes de una afección orbital.
Dolor al abrir la boca: Debido a la proximidad de la cavidad orbital a los músculos masticadores, los perros suelen mostrar resistencia o dolor al intentar abrir la boca, lo que puede manifestarse como dificultad para comer, vocalización anormal o incluso agresividad.
Protrusión de la membrana nictitante: La membrana nictitante (tercer párpado) puede moverse hacia arriba, cubriendo parcialmente el ojo afectado, un signo común de inflamación o presión dentro de la órbita.
Estrabismo: Desviación del ojo afectado, lo que puede indicar un desplazamiento de las estructuras dentro de la órbita, y puede ser un indicativo de una masa ocupante de espacio.
Pérdida de la movilidad ocular: La inflamación dentro de la órbita puede limitar el movimiento del ojo afectado, haciéndolo menos móvil que el ojo sano, lo cual puede observarse durante el examen físico.
Enoftalmos: En algunos casos, donde la masa o lesión se encuentra anteriormente en la órbita, el ojo puede parecer retraído, lo que se observa como una disminución del volumen ocular.
Secreción ocular: Puede presentarse secreción purulenta o mucopurulenta, especialmente si hay una infección asociada.
Fiebre: La fiebre puede estar presente si la causa subyacente es una infección, reflejando la respuesta inflamatoria sistémica del cuerpo del perro.
¿Cuáles pueden ser sus causas?
Las enfermedades orbitarias en perros pueden tener diversas causas, que van desde infecciones hasta tumores. Algunas de las causas más comunes incluyen:
Abscesos y Celulitis Retrobulbares: Infecciones bacterianas que se desarrollan detrás del globo ocular, a menudo como resultado de infecciones en estructuras cercanas como los dientes o el paladar. Los cuerpos extraños, como astillas de madera o fragmentos de plantas, también pueden causar estas infecciones.
Neoplasias Orbitarias: Tumores que se originan en los tejidos de la órbita o que han metastatizado desde otras partes del cuerpo. Estos tumores pueden ser benignos o malignos, siendo los últimos más comunes en perros de edad avanzada. Los tumores orbitarios pueden incluir fibromas, sarcomas, adenocarcinomas, entre otros.
Cuerpos Extraños: Materiales como semillas, astillas o esquirlas que penetran en la órbita a través de la boca o la conjuntiva pueden causar inflamación, abscesos y daño tisular. Los perros, debido a su tendencia a masticar objetos, están en particular riesgo de este tipo de lesiones.
Quistes Orbitarios: Estructuras llenas de líquido que pueden ser congénitas o adquiridas, y que provocan exoftalmos y, a veces, dolor. Estos quistes pueden estar asociados con otras anomalías de desarrollo o con procesos inflamatorios previos.
Miopatías Inflamatorias: Enfermedades que inflaman los músculos alrededor de la órbita, como la miositis eosinofílica o la miositis de los músculos masticadores. Estas afecciones suelen ser bilaterales y pueden causar inflamación significativa y dolor.
Anomalías Vasculares:Como las fístulas arteriovenosas, aunque raras, pueden provocar un exoftalmos pulsátil y otros síntomas orbitarios. Estas condiciones son menos comunes pero deben considerarse en el diagnóstico diferencial.
¿Qué pruebas se realizan para diagnosticar las enfermedades orbitarias en perros?
El diagnóstico de las enfermedades orbitarias en perros requiere un enfoque exhaustivo que incluye la historia clínica, un examen físico completo y pruebas diagnósticas específicas, como:
Examen oral: Es crucial realizar un examen minucioso de la boca, especialmente detrás de los últimos molares, para detectar signos de infecciones dentales o masas en el paladar que puedan extenderse a la órbita.
Ecografía orbitaria: Esta técnica es útil para identificar la presencia de masas, abscesos o quistes en la órbita. La ecografía permite diferenciar entre estructuras sólidas y llenas de líquido, lo que es esencial para planificar el tratamiento.
Radiografías dentales y de cráneo: Las radiografías ayudan a evaluar la estructura dental y ósea y pueden detectar la extensión de infecciones o neoplasias a la órbita.
Tomografía computarizada (CT) o resonancia magnética (MRI): Estas técnicas avanzadas proporcionan una visión detallada de la órbita y sus estructuras, y son particularmente útiles para evaluar la extensión de tumores o abscesos complicados.
Punción guiada por ecografía: Si se sospecha de un absceso, se puede realizar una punción para obtener muestras de pus para cultivo y pruebas de sensibilidad a los antibióticos. Esto es crucial para determinar el tratamiento más eficaz.
Tratamiento
El tratamiento de las enfermedades orbitarias en perros depende de la causa subyacente:
Abscesos Retrobulbares: Requieren drenaje quirúrgico y tratamiento con antibióticos sistémicos. En casos de absceso retrobulbar, es común realizar una incisión a través del paladar para permitir que el pus drene hacia la cavidad oral, dejando la herida abierta para asegurar un drenaje continuo.
Neoplasias: El tratamiento de los tumores orbitarios puede incluir cirugía para extirpar la masa. En algunos casos, puede ser necesaria la enucleación (extracción) del ojo para asegurar la eliminación completa del tumor, especialmente si está muy avanzado. El pronóstico varía según el tipo y la malignidad del tumor.
Cuerpos Extraños: Deben ser removidos quirúrgicamente. Dependiendo de la ubicación y tamaño del cuerpo extraño, la extracción puede realizarse sin necesidad de enucleación, aunque en algunos casos, puede ser necesaria para acceder a la órbita de manera segura.
Quistes y Anomalías Vasculares: Pueden requerir cirugía para su eliminación, dependiendo de su tamaño y el impacto que tengan sobre el ojo y la visión del perro. La resolución de estas anomalías puede prevenir futuros problemas y mejorar la calidad de vida del animal.
¿En qué perros es más frecuente la enfermedad orbitaria?
Las enfermedades orbitarias en perros pueden afectar a cualquier raza, pero ciertas condiciones predisponen a algunas poblaciones:
Perros jóvenes: Son más propensos a desarrollar abscesos retrobulbares, especialmente aquellos que tienen tendencia a masticar objetos extraños, lo que aumenta el riesgo de lesiones e infecciones orbitarias.
Perros de edad avanzada: Son más susceptibles a neoplasias orbitarias, que tienden a ser más comunes en perros mayores y pueden ser malignas.
Perros con problemas dentales: Razas como los Yorkshire Terriers, Poodles y otros perros pequeños, que son propensos a problemas dentales, tienen un mayor riesgo de desarrollar abscesos retrobulbares debido a infecciones dentales no tratadas.
Perros de razas específicas: Algunas razas como los Golden Retrievers pueden estar predispuestas a condiciones como la miositis eosinofílica, que afecta los músculos masticadores y puede extenderse a la órbita.
¿Se puede prevenir?
La prevención de las enfermedades orbitarias en perros se centra en evitar los factores de riesgo conocidos y mantener una buena higiene:
Higiene oral: Mantener una buena higiene dental y realizar exámenes dentales regulares es esencial para prevenir infecciones dentales que puedan propagarse a la órbita. El cepillado regular y las limpiezas dentales profesionales pueden reducir significativamente el riesgo de estas infecciones.
Evitar objetos peligrosos: Evitar que los perros mastiquen objetos duros, como palos o huesos, que puedan causar lesiones y llevar a infecciones orbitarias, es crucial. Supervisar a los perros jóvenes que son propensos a masticar puede prevenir la ingestión de cuerpos extraños peligrosos.
Vigilancia temprana: Ante cualquier signo de infección o inflamación alrededor de los ojos, la nariz o la boca, es fundamental acudir rápidamente al veterinario para un diagnóstico y tratamiento temprano. La detección temprana puede prevenir complicaciones graves y mejorar significativamente el pronóstico.
En resumen, las enfermedades orbitarias en perros, aunque comunes, pueden ser manejadas eficazmente con un diagnóstico y tratamiento adecuado. La prevención y la detección temprana son claves para preservar la salud ocular y general de los perros, asegurando que se mantengan saludables y con buena calidad de vida.
Las enfermedades orbitarias en imágenes
En la imagen 1 se puede ver el ojo derecho de un perro con celulitis retrobulbar, exoftalmos marcado, edema en la conjuntiva, indicativo de inflamación o lesión en la órbita ocular.
Imagen 1
En la imagen 2, un perro presenta en el ojo izquierdo exoftalmos y protrusión de la membrana nictitante.
Imagen 2
En la imagen 3, detalle del ojo izquierdo del perro de la imagen 2 con exoftalmos, inflamación de la conjuntiva y protrusión de la membrana nictitante, compatibles con masa ocupante de espacio en la órbita.
Imagen 3
En la imagen 4, se observa el ojo de un perro con inflamación severa, opacidad corneal y edema conjuntival, indicativos de un proceso infeccioso, traumático agudo o de una neoplasia retrobulbar.
Imagen 4
En la imagen 5, se observa el ojo de un perro con celulitis orbitaria severa, que provoca exoftalmos extremo y deformidad ocular marcada, sugestiva de una posible neoplasia en la órbita.
Las enfermedades orbitarias afectan a varias especies, provocando síntomas como exoftalmos, dolor y movilidad ocular reducida. El diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado son esenciales para preservar la salud ocular y el bienestar del animal.
Nala, un Labradoodle de 3 años, superó un absceso retrobulbar gracias a una intervención oportuna y tratamiento postoperatorio. Su visión y salud ocular fueron restauradas.
El absceso retrobulbar en perros provoca exoftalmos, dolor y secreción ocular. Aprende cómo reconocerlo, diagnosticarlo y tratarlo eficazmente para evitar complicaciones.
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