Thor, un Doberman de 6 años, presentó un adenoma uveal intraocular en su ojo izquierdo. El diagnóstico y tratamiento temprano ayudaron a estabilizar su condición ocular.
Thor es un Doberman de 6 años de edad que acudió a IVO Ibiza por padecer desde hacía un par de semanas mucha legaña en el ojo izquierdo, además de presentar ligero enrojecimiento en ese ojo. Thor había estado en tratamiento pero al ver que no presentaba mejoría, acudieron a nuestro centro en Ibiza para una exploración oftalmológica completa.
Durante la consulta, pudimos observar una masa de tonalidad negruzca por la periferia y por el área central de tonalidad rosácea. Esta masa parecía afectar únicamente al iris generando una deformación del mismo (discoria), pero gracias a la ecografía ocular pudimos observar que también afectaba a la parte posterior del globo ocular.
La imagen 1 muestra la ecografía de Thor el primer día de consulta, donde se puede observar parte de la masa invadiendo los cuerpos ciliares en la parte posterior del globo ocular izquierdo.
Los adenomas (benigno) y los adenocarcinomas uveales (malignos) en perros son tipos de tumoraciones que afectan a la úvea (iris, cuerpo ciliar y coroides). Aunque son muy poco frecuentes, son los segundos tumores intraoculares más diagnosticados en el perro.
Los tumores del cuerpo ciliar suelen tener un crecimiento lento, apareciendo como masas bien delimitadas, pudiendo tener una apariencia de marronácea o negruzca, hasta rosácea o blanquecina, lo que puede llevar a confusión con otro tipo de tumores intraoculares. Tanto los adenomas como los adenocarcinomas tienen un potencial de metástasis muy bajo (0-4%), pero es importante realizar un buen examen oftalmológico con la ayuda de pruebas complementarias como la ecografía para poder valorar los posibles daños que ha generado este tumor y así poder escoger el tratamiento más adecuado.
Los signos clínicos más habituales que podemos ver son la discoria (cambio de la forma de la pupila), inflamación que genera en el ojo (uveitis), sangrados intraoculares (hifema), hipertensión ocular secundaria, o incluso desprendimiento de retina.
Su diagnóstico se basa en la exploración oftalmológica en consulta, la ecografía ocular o UBM, y los resultados de la citología o biopsia de la masa intraocular.
A los pocos días, Thor entró en quirófano para poder realizar una citología del iris para determinar el tipo de tumor y proponer el tratamiento más adecuado.
Este tipo de tumoraciones requiere tratamientos de manera temprana para poder conservar la visión y evitar mayor daño. En el caso de Thor, se realizó una citología de la masa uveal en quirófano, y se aplicó terapia láser junto con crioterapia para reducir la tumoración, generar la muerte celular y evitar su expansión. En otros casos, se requiere de técnicas quirúrgicas más complejas para eliminar la masa intraocular, sin requerir la enucleación del globo ocular (Extracción del globo).
El pronóstico de los adenomas uveales generalmente es bueno, especialmente si son diagnosticados y tratados antes de que hayan generado complicaciones. Los adenocarcinomas tienen un pronóstico reservado, especialmente si el tumor ha invadido otras partes del globo ocular.
En el caso de Thor, hemos realizado terapia con láser de diodo junto con crioterapia en una misma intervención, para reducir lo máximo posible el tamaño de la masa y evitar así su crecimiento.
Actualmente la masa intraocular de Thor se ha reducido de tamaño y no genera más daños en otras estructuras del ojo, estando estable y sin dolor.
En la imagen 2, podemos ver la masa intraocular en el ojo izquierdo de Thor, que le generaba esa deformación de la apertura pupilar (discoria). Como se ve en la imagen, por la periferia tiene una tonalidad negruzca y en el centro rosácea.
Los adenomas y adenocarcinomas uveales en perros son condiciones serias que requieren una atención adecuada y un manejo veterinario especializado. Es importante recalcar que un diagnóstico temprano de este tipo de tumores nos permite conservar el globo ocular y la visión en nuestro paciente, pudiendo hacer uso de técnicas quirúrgicas más sencillas y evitando la extracción del globo ocular.
En caso de tumoraciones de dimensiones más grandes o que afectasen a otras estructuras del ojo, se pueden realizar cirugías intraoculares para extirpar la masa sin requerir la enucleación.
En la foto inferior Thor en las instalaciones de IVO Ibiza.
Aunque poco comunes, los tumores intraoculares en perros pueden desencadenar molestias, afectar la visión y, dependiendo del tipo, incluso propiciar la propagación metastásica por el cuerpo.
El tumor palpebral en perros suele ser benigno y se puede curar de forma sencilla sin dejar cicatriz visible. Ante la presencia de cualquier anomalía en el párpado es aconsejable la visita al especialista cuanto antes.
Lucas es un perro de raza Golden Retriever que acudió a nuestra consulta debido a un tumor que había ido creciendo y le provocaba irritación. Una cirugía de mínima incisión permitió eliminar el tumor sin apenas cicatriz en el párpado.