La historia de Lua, una Jack Russell con distiquias en ambos párpados, demuestra cómo la cirugía ocular puede devolver alegría y bienestar a nuestras mascotas.
Lua, una joven Jack Russell Terrier, fue derivada al Instituto Veterinario Oftalmológico (IVO) debido a molestias oculares persistentes en ambos ojos. Sus tutores habían notado desde hacía un tiempo signos de irritación ocular, blefaroespasmo (dificultad para mantener los ojos abiertos) y lagrimeo constante (epífora), síntomas que afectaban su calidad de vida.
Tras realizar un examen oftalmológico completo, se diagnosticó distiquiasis bilateral en los párpados superiores, una afección en la que pestañas anómalas crecen desde las glándulas de Meibomio hacia la superficie ocular.
Este contacto constante con la córnea provoca irritación, enrojecimiento e incluso úlceras corneales si no se trata a tiempo.
En el párpado superior izquierdo, se observaron múltiples distiquias visibles (Imagen 1).
Imagen 1
En el párpado superior derecho, además de distiquias, se detectaron signos de daño corneal por ulceraciones anteriores causadas por el roce persistente de estas pestañas (Imagen 2).
Imagen 2
Ese mismo día, se decidió realizar una cirugía con láser para eliminar todas las pestañas de crecimiento anómalo y evitar complicaciones mayores. Esta técnica permite una eliminación precisa y efectiva, minimizando el riesgo de cicatrices o daños en estructuras palpebrales sensibles.
A la salida de quirófano, Lua ya no presentaba blefaroespasmo ni epífora, y se mostró tranquila y sin signos de molestia (Imagen 3).
Imagen 3. Lua a la salida de quirófano sin molestia alguna.
Una semana después de la intervención, durante la revisión postquirúrgica, sus tutores informaron que Lua estaba mucho más animada, sin lagrimeo continuo ni signos de irritación. Las córneas se mantenían bien hidratadas y libres de lesiones visibles.
En la Imagen 4 se muestra el párpado superior izquierdo de Lua una semana después.
Imagen 4
En la imagen 5, tomada dos semanas después, se observa que persiste una única distiquia en el párpado superior derecho, sin causar molestias ni daño corneal.
Imagen 5
En las semanas siguientes, sus tutores reportaron una mejora espectacular: Lua volvió a estar activa, juguetona y no perdía ninguna pelota mientras jugaba.
Fotos enviadas por los tutores de Lua.
El pronóstico para Lua es muy favorable. La distiquiasis fue tratada con éxito y el seguimiento postoperatorio confirma una buena recuperación. Aunque en algunos casos puede haber recidiva, la eliminación con láser es una opción segura y eficaz que mejora notablemente la calidad de vida de los pacientes.
El caso de Lua resalta la importancia de identificar y tratar de forma temprana afecciones como la distiquiasis, que aunque parezca leve, puede generar dolor, alteraciones corneales y pérdida de bienestar si no se aborda correctamente. Gracias a la rápida intervención y el seguimiento de sus tutores, Lua ha recuperado su bienestar ocular y disfruta plenamente de su día a día.
Tanto la distiquiasis como el cilio ectópico son anomalías congénitas por las que aparecen pelos en el borde del párpado
El entropion es una malformación que provoca que los párpados se enrollen hacia dentro y, los pelos y las pestañas rocen contra la superficie del ojo, causando irritación y enrojecimiento. Uno de estos casos es el de Soca, una encantadora Rottweiler de 3 años que llegó a IVO Ibiza con molestias recurrentes en ambos ojos.
El entropión es una malformación que provoca que los párpados se enrollen hacia dentro y las pestañas rocen contra la córnea, causando irritación, enrojecimiento y posibles lesiones en la córnea.