Las cataratas en perros tienen tratamiento prácticamente a cualquier edad. En el IVO hemos operado a perros de hasta 20 años para mejorar su bienestar y calidad de vida y también a cachorros que nacen con este problema, así como a gatos, caballos y otros animales.
Para determinar si la operación de cataratas es la mejor solución para un caso particular, y evaluar su precio, es importante realizar una exploración completa en consulta con las pruebas diagnósticas adecuadas.
La cataratas se producen cuando la lente interior del ojo (el cristalino) pierde transparencia. Es un proceso que ocurre de forma natural con la edad, aunque en algunas razas ocurre con mayor frecuencia que en otras, y puede tener varias causas:
La causa más frecuente de aparición de las cataratas en perros, gatos y otras mascotas es el envejecimiento, pero puede darse también en cachorros, en animales diabéticos y asociada a golpes o inflamaciones oculares.
Las cataratas se suelen detectar por pérdida de visión o porque la zona de la pupila, que normalmente es negra, se ve más azulada o blanquecina. En algunos casos este problema aparece ya desde el nacimiento.
Síntomas de cataratas en fases iniciales
Síntomas de cataratas en fases avanzadas
Normalmente las cataratas se desarrollan de manera lenta y progresiva, pero en pacientes jóvenes o con diabetes pueden desarrollarse en un corto espacio de tiempo, incluso en pocos días, y provocar complicaciones graves para la visión.
La única forma de curar las cataratas es con cirugía. Es aconsejable hacerlo en cuanto la pérdida de visión interfiera negativamente en las actividades habituales del paciente, y evitar complicaciones por una catarata muy evolucionada o hipermadura.
La técnica de elección en animales domésticos para curar las cataratas es la operación llamada facoemulsificación del cristalino, en la que se extrae el cristalino opacificado a través de una mínima incisión, y se sustituye por una lente intraocular que haga su función.
Para el cálculo de la lente más adecuada para el paciente se hacen pruebas previas de biométrica y queratometría.
La mayoría de los perros requieren lentes de 41 dioptrías.
En la operación de catarata en caballos la lente que se implanta suele ser de entre +14 y +18 dioptrías.
La cirugía en sí dura aproximadamente 20-30 minutos en cada ojo, durante los cuales el paciente está bajo anestesia general. No es una anestesia general muy profunda puesto que también se aplica anestesia local.
A través de una microincisión de menos de 3mm introducimos un aparato que disuelve el cristalino y lo aspira. Por la misma microincisión se coloca la lente intraocular, con lo que el postoperatorio es muy liviano para el paciente.
La tecnología innovadora 3D que utilizamos en el IVO permite al cirujano una alta precisión de imagen durante todo el procedimiento y proporciona ayudas de software que mejoran la seguridad i la fiabilidad.
Con esta tecnología, la observación detallada y magnificada de las estructuras oculares se realiza en alta definición HD, en una postura mucho más ergonómica que la del miscroscopio tradicional – cirugía heads up – y la visión de la cirugía es exactamente igual para todo el equipo que participa en ella.
La recuperación de la visión es muy rápida (normalmente una semana) y el paciente llega a tener una visión prácticamente normal.
El postoperatorio es sencillo. Son dos semanas de collar isabelino (o campana), en los cuales daremos tratamiento tópico (de 3-4 colirios diferentes 3 veces al día), antibiótico y antiinflamatorio oral los primeros días. Después la medicación tópica disminuye.
El paciente debe hacer un leve reposo (no ir a la playa, no bañarse, no jugar excesivamente con pelotas u otros objetos con los que pueda golpearse en los ojos).
El pronóstico es favorable siempre y cuando el postoperatorio vaya correctamente.
El postoperatorio de la cirugía de catarata en perros es muy liviano. La recuperación de la visión es muy rápida (normalmente una semana) y el paciente llega a tener una visión prácticamente normal.
Antiguamente, las cataratas no se operaban hasta que el paciente estaba prácticamente ciego. Actualmente esta actitud no tiene sentido, ya que se sabe que la intervención de una catarata muy evolucionada es, en general, más complicada. En ningún caso es posible predecir cuánto tardarán las cataratas en causar problemas graves de visión.
La edad no suele ser un problema, lo más importante es que los exámenes previos se realicen correctamente para descartar riesgos, y que en el postoperatorio se tomen las precauciones adecuadas.
La catarata sólo se puede prevenir en los casos en que conocemos su causa: por ejemplo en los casos de diabetes podemos intentar controlar su evolución.
La catarata congénita o hereditaria es muy difícil de prevenir, y normalmente no es posible controlar su evolución.
En pacientes jóvenes o con diabetes puede ser especialmente aconsejable no demorar la operación, ya que en estos casos las cataratas pueden desarrollarse en un corto espacio de tiempo, incluso en pocos días. Este rápido desarrollo puede causar complicaciones como glaucoma, desprendimientos de retina y uveítis, que pueden ser graves para la visión.
Es aconsejable operar cuando la pérdida de visión provocada por la catarata interfiere negativamente en las actividades habituales del paciente. No se recomienda esperar a que la catarata esté muy evolucionada, pues en este caso la operación es más compleja.
Para confirmar el diagnóstico de catarata, evaluar el tratamiento más adecuado y si es necesaria la operación y su coste, hay que realizar una minuciosa exploración del ojo con el instrumental adecuado.
Son aconsejables las siguientes pruebas diagnósticas:
En muchas ocasiones se nos consulta por el precio de la operación de cataratas, pero en el IVO consideramos que sólo después de la exploración en consulta es posible saber si hay otras patologías a tener en cuenta que podrían influir en su valoración, así como en la propia recomendación de si la cirugía es la mejor solución para el caso particular del paciente.
Para evaluar una operación de cataratas es necesaria una exploración cuidadosa del paciente que permita descartar otras enfermedades de distintas partes del ojo (córnea, retina o nervio óptico), que podrían ser también la causa de la pérdida de visión.
Las cataratas leves, llamadas esclerosis, empiezan a desarrollarse en perros a partir de los 8 años de edad.
La catarata congénita puede aparecer desde los primeros meses de edad, e incluso ya en el nacimiento, tanto en perros como en gatos o potros, y puede tener una evolución mucho más rápida (consulta aquí el caso de Bourbon y sus hermanos).
La especie más afectada por la catarata son los perros. En particular, los Cocker, Caniche, Fox Terrier, Bichon Maltes o Bulldog Francés están más predispuestos genéticamente a desarrollar catarata.
Los gatos, especialmente los persas, y algunos potros también pueden tener catarata congénita, pero es menos frecuente.
Puedes consultar aquí el caso de catarata bilateral de Pepis, una perra abandonada por sus problemas de visión. Fotos del diagnóstico, de las pruebas previas y el video de la cirugía de catarata realizada en el IVO. Después de la operación, y gracias a la Asociación Animals sense sostre, Pepis encontró una casa de acogida.
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Sí, la cirugía de catarata, en la mayoría de los casos, no presenta complicaciones y tiene muy buen pronóstico. Si se realizan las comprobaciones adecuadas y la cirugía de forma correcta, la recuperación de la visión suele ser completa.
Un ojo con catarata no deja de ser un ojo enfermo, y operar a un animal de catarata suele suponer una mejora sustancial en su calidad de vida. Es posible (y recomendable) operar tanto a perros, gatos como caballos con catarata antes de que se produzcan otras complicaciones.
Sí, algunos cachorros presentan la llamada catarata congénita, más frecuente en razas como el Golden Retriever, West Hyland, Husky Siberiano, y Cocker Spaniel.
Los perros jóvenes o con diabetes pueden desarrollar rápidamente un tipo de catarata llamada intumescente, en la que penetra agua en el interior del cristalino, provocando un aumento de su volumen y peso. En estos casos hay una predisposición a que este cristalino, que pesa mucho más por la entrada de agua, se pueda desplazar o luxar, con complicaciones como glaucoma, desprendimientos de retina y uveítis, que pueden ser graves para la visión.
Operar una catarata en fases iniciales simplifica la operación, evita complicaciones y asegura la recuperación de visión. El oftalmólogo veterinario determinará el momento idóneo para la operación a partir de las pruebas previas.
En pacientes jóvenes o con diabetes es especialmente aconsejable no demorar la operación, ya que en estos casos puede darse un rápido desarrollo de la catarata con complicaciones como glaucoma, desprendimientos de retina y uveítis, que pueden ser graves para la visión.
Puedes consultar aquí el caso de Duque, un perro con catarata diabética desarrollada en pocos días, o el de Bourbon y sus hermanos, unos cachorros abandonados a causa de su pérdida de visión por catarata congénita, que pudieron recuperarla y ser finalmente adoptados después de su operación.
No hay tratamiento efectivo para el tratamiento de la catarata que no sea quirúrgico. La catarata es debida a la opacificación del cristalino, y la única forma de recuperar visión es su extracción y posible sustitución por otra lente intraocular. La cirugía de elección en animales domésticos es la llamada facoemulsificación del cristalino, que es el mismo procedimiento que se usa en humanos. Se trata de una intervención breve e indolora que puede realizarse a cualquier edad, siempre que se tomen las precauciones adecuadas.
Una catarata avanzada que no se opera puede generar complicaciones dolorosas como la inflamación, luxación del cristalino, e incluso glaucoma.
Normalmente las cataratas en perros se desarrollan de manera lenta y progresiva. La catarata leve (también llamada esclerosis) aparece principalmente a partir de los 8 años en perros, pero no es posible determinar es a qué velocidad se desarrollará hasta provocar problemas serios de visión.
Por otra parte, tanto en perros como en gatos y caballos, hay cataratas que pueden desarrollarse muy rápidamente, incluso en pocos días. Es el caso de la catarata congénita, que se da en animales muy jóvenes como en el caso de Bourbon y sus hermanos, y también el de la catarata diabética, que se da en pacientes con diabetes como en el caso Duque.
No, en la cirugía extraemos el cristalino y lo sustituimos por una lente artificial. El cristalino no puede regenerarse y por lo tanto no puede aparecer una nueva catarata.
No se considera la edad como un problema. En el IVO hemos operado a pacientes caninos de hasta 20 años de edad, sin complicaciones. Lo que es determinante para aconsejar o no la operación es el estado de la retina y presión intraocular, así como el ojo en conjunto y la salud general del paciente.
La cirugía de catarata que se realiza en el IVO es ambulatoria: la operación tiene una duración aproximada de una hora y posteriormente el paciente puede irse a casa, aunque es importante seguir las recomendaciones de medicación y reposo, así como el control en el postoperatorio.
Para la recuperación completa de la visión tras la operación de cataratas son esenciales un cierto reposo, medicación para evitar infecciones, y un buen control postoperatorio.
Sólo en los casos en que conocemos la causa directa de la catarata es posible alguna medida preventiva. Por ejemplo, en los animales diabéticos se puede intentar controlar su evolución. Lo que no es posible determinar es a qué velocidad se desarrollará hasta provocar problemas serios de visión.
La única relación entre el azúcar y la catarata es debida a la diabetes. Los perros diabéticos tienden a desarrollar la llamada catarata diabética, y en estos casos el control de los niveles de azúcar en sangre sí es muy importante para frenar su desarrollo y evitar complicaciones.
No todos los pacientes son buenos candidatos a una cirugía de catarata. Para recomendar o no la operación es imprescindible comprobar antes el estado de la retina, la presión intraocular, el nivel de visión que es posible recuperar con la operación, así como el estado general del paciente para descartar complicaciones.
En el caso de que las condiciones de salud del paciente desaconsejen la operación de catarata, su pérdida de visión no tiene por qué implicar que deje de ser feliz. Si lo estimulamos de manera adecuada podemos hacer que se desenvuelva perfectamente bien en su entorno. Consulta aquí algunos trucos para ayudar a un perro ciego o con visión limitada.
Puede descargar aquí la guía con la información completa sobre el glaucoma en perros, gatos, caballos y otros animales.
Al igual que otras especies, los equinos pueden tener cataratas. Si éstas dificultan la visión, también existe la opción de practicar una cirugía para recuperarla.
Siempre es recomendable operar las cataratas diabéticas en perros cuanto antes. El caso de Duque muestra las complicaciones de retrasar la operación.
Las cataratas tienen tratamiento prácticamente a cualquier edad y en cualquier especie. Es aconsejable operarlas incluso en pájaros, ya que si están muy evolucionadas pueden dar otras complicaciones complicaciones oculares graves.
Mi perro tiene cataratas bastante evolucionadas.
No se si operarlo por se mayor y estar delicado. Pero la perdida de visión le afecta en gran medida.
Que coste oproximado tiene la operación?
Gracias