Las lesiones por procesionaria en perros deben ser tratadas con la máxima urgencia para evitar complicaciones graves. En el caso de Kowu, una intervención a tiempo permitió salvar la visión de su ojo derecho.
Si los ojos del perro entran en contacto con la procesionaria, es necesario eliminar primero todos los pelos de procesionaria que hayan quedado en la piel y ojos del paciente.
En un primer momento puede intentarse con agua abundante, pero un especialista deberá revisar después que no hayan quedado pegados a la superficie de la córnea o de la conjuntiva.
Si han quedado pelos pegados a la córnea, el especialista puede intentar retirarlos con la ayuda de un microscopio. En ese caso no será necesario entrar en quirófano, pero posiblemente haya que sedar al paciente para trabajar bien con el microscopio.
Las toxinas que desprenden los «pelos» de la procesionaria en su fase larvárea pueden causar una reacción alérgica o inmunomediada con efectos graves para la visión.
Es importante actuar en las primeras horas, porque después los pelos suelen disolverse y requerir de una limpieza profunda de la conjuntiva y la córnea para eliminar sus efectos.
En cualquier caso, es importante evaluar el tipo de lesiones oculares que ha producido la exposición a las toxinas de la procesionaria.
Si se trata de lesiones necróticas o heridas profundas en la córnea, puede ser necesaria una intervención quirúrgica urgente para evitar la pérdida de visión.
Éste fue el caso de Kowu, que describimos a continuación.
Kowu es un cachorro de 4 meses que tuvo que ser hospitalizado en un centro veterinario después de haber estado en contacto con la oruga procesionaria.
Padecía lesiones necróticas oculares que no curaban, por lo que fue derivado al IVO para ser tratado por nuestros especialistas en oftalmología veterinaria.
Una lesión necrótica es una herida en la que se produce una degeneración del tejido por la muerte de sus células. Puede causar pérdida de visión.
Las pruebas que se practicaron a Kowu para determinar el tipo de las heridas corneales fueron:
Exploración oftalmológica completa con lámpara de hendidura
Las pruebas determinaron que Kowu tenía las siguientes patologías:
Las lesiones de Kowu obligaron a una intervención de urgencia para salvar la visión de su ojo derecho.
Se realizó una cirugía de limpieza de todo el tejido necrosado de la cornea y se colocó un injerto de membrana amniótica en la zona del defecto stromal.
Tras la operación, Kowu se fue a casa con un tratamiento basado en antibioticos en colirio asi como antiinflamatorios y antibioticos orales.
La evolución postoperatoria fue muy buena, consiguiéndose una total recuperación de la visión del ojo operado.
Cómo debemos actuar ante la reacción alérgica provocada por la procesionaria del pino en nuestro perro. Una intervención rápida evitará complicaciones graves para su visión.
Las úlceras corneales tienen buen pronóstico si se consigue evitar la infección. El tratamiento adecuado consigue minimizar cicatrices y evitar pérdida de visión
El IVO es un centro de referencia cuya misión es la de colaborar activamente con los centros veterinarios para ofrecer la mejor atención oftalmológica a sus pacientes.