El ojo seco es una patología bastante compleja que requiere de un seguimiento continuo. En casos graves pueden aparecer úlceras y opacidades corneales, que pueden llegar a provocar déficit visual importante.
El ojo seco es una enfermedad multifactorial y compleja que afecta a la superficie ocular y que produce molestias, problemas visuales y, en algunos casos, lesiones en la córnea y la conjuntiva.
Se trata de una enfermedad crónica que afecta a muchos perros y gatos, y requiere un diagnóstico y tratamiento personalizados. Existen varias causas y tipos de ojo seco que implican diferentes grados de severidad y que requieren estrategias terapéuticas individualizadas para obtener los mejores resultados.
A pesar de su nombre, el ojo seco es mucho más que, simplemente, «no tener lágrima»
En algunas mascotas, las molestias que produce el ojo seco estimulan la secreción de la glándula lagrimal principal, produciendo paradójicamente el llamado lagrimeo.
Con frecuencia estos síntomas se acentúan en situaciones relacionadas con un aumento de la evaporación (calor, viento, aire acondicionado).
Generalmente el ojo seco se produce por:
Las causas son muy diversas y pueden darse de forma aislada o confluir varias de ellas.
Los principales factores de riesgo del ojo seco son:
Determinar correctamente el tipo de ojo seco mediante un examen oftalmológico exhaustivo y pruebas diagnósticas específicas es la clave para una orientación individualizada y un tratamiento a medida y eficaz.
Es importante tener en cuenta que la combinación de diferentes tests y pruebas complementarias permite un mejor diagnóstico que el que se obtiene con un test o prueba de manera individual. Por este motivo, siempre se recomienda combinar diferentes tests para conseguir que el diagnóstico sea lo más correcto posible.
Por ejemplo, pruebas diagnósticas como el analizador de la Superficie Ocular (OSAVET) nos permitirán determinar qué capa de la película lagrimal está afectada para realizar un diagnóstico preciso del ojo seco e implementar un tratamiento adecuado en perros, gatos, conejos, équidos y exóticos.
En función de la causa y de las características del paciente, el ojo seco puede requerir distintos tratamientos diseñados a medida. Más allá de las lágrimas artificiales (preferiblemente de ácido hialurónico y sin conservantes) y de las pomadas lubricantes, existen tratamientos en consulta que contribuyen eficazmente a mejorar la sintomatología:
Al ser una enfermedad crónica, el tratamiento del ojo seco no finaliza al salir de la consulta, sino que requiere de una serie de cuidados y hábitos que se deben realizar en casa.
El ojo seco es más frecuente en pacientes mayores, y puede aparecer tanto en perros como en gatos, équidos, animales exóticos y pequeños mamíferos.
En perros hay razas más predispuestas, como los de morro chato o braquicefálicos (Bulldog Francés, Bulldog Inglés o Carlino), que pueden padecer ojo seco con pocos años o meses de edad.
En equinos, la enfermedad de ojo seco podría estar infradiagnosticada por varias razones. Una de ellas es que no se tiene en cuenta en el diagnóstico diferencial de enfermedades de la superficie ocular (por ejemplo, no se suele investigar la causa principal de la úlcera epitelial). Otra razón es que podría estar relacionada con la edad, ya que la esperanza de vida de los caballos ha aumentado considerablemente en los últimos años. En cualquier caso, según nuestra experiencia, su diagnóstico y correcto tratamiento puede mejorar de forma muy significativa la calidad de vida del paciente.
En animales braquicefálicos, que tarde o temprano, van a desarrollar síndrome de ojo seco, se puede iniciar el tratamiento de forma preventiva.
Evitar en la medida de lo posible situaciones que aumentan la evaporación lagrimal puede prevenir la aparición de síntomas de ojo seco: exceso de sol o viento, uso de calefacción, secadores o aparatos de aire acondicionado.
Caso clínico de síndrome de ojo seco severo que se solucionó con una cirugía bilateral de transposición del conducto de Stenon
La aplicación de una innovadora técnica con células madre está dando resultados muy esperanzadores en casos severos ojo seco como el de Chapita.
Pedrito es un Bulldog Francés de 7 años que acudió de urgencias al IVO con úlcera corneal y mucho dolor. Como suele ocurrir entre los perros de razas braquicefálicas, una pequeña herida en el ojo se había infectado y tenía riesgo de perforación.