El ojo seco es una patología compleja que no se suele detectar en equinos. Sin embargo, su diagnóstico y correcto tratamiento puede mejorar de forma muy significativa la calidad de vida del paciente.
Balder es un caballo macho castrado de pura raza española (PRE) de 24 años de edad que llevaba dos meses con hinchazón en el ojo (quemosis), secreción mucosa, cierre involuntario del párpado (blefarospasmo) y heridas o úlceras corneales recurrentes en ambos ojos.
Se le habían diagnosticado las siguientes patologías:
Se le había prescrito tratamiento tópico con colirios para la úlcera y tratamiento sistémico vía oral, además de recomendar máscara protectora antimoscas para evitar daños o agresiones por agentes externos. Una vez cicatrizada la úlcera se había iniciado tratamiento para la queratitis inmunomediada, pero las distintas combinaciones de tratamiento que se le fueron aplicando no conseguían mejorar el dolor ni la inflamación, por lo que a los dos meses de tratamiento el propietario de Balder decidió solicitar una segunda opinión en IVO.
En el examen oftalmológico a distancia y la biomicroscopia con lámpara de hendidura realizados por parte del equipo de IVO se observaron los siguientes:
En el examen de córnea y el test de fluoresceína no se apreciaron úlceras, pero sí varios síntomas relevantes, como se puede apreciar en las fotografías siguientes:
Habiendo sido descartadas otras posibles causas de queratitis en caballos, y teniendo en cuenta la evolución de los síntomas y la exploración realizada, se planteó la sospecha de una enfermedad de ojo seco.
Los síntomas de ojo seco equino pueden incluir blefarospasmo, fotofobia, hiperemia conjuntival, opacidades corneales, ulceraciones, alteraciones de la visión, molestias en la superficie ocular y en algunos casos blefaritis o inflamación del párpado. Todos ellos compatibles con los que presentaba Balder.
En los caballos, el ojo seco cuantitativo (por cantidad insuficiente de lágrima) se asocia mayoritariamente a patologías de los nervios facial y trigémino, pero es poco común, mientras que el ojo seco cualitativo o evaporativo (por composición inadecuada de la lágrima) se asocia a problemas de párpados o a una disfunción de las llamadas glándulas de Meibomio (DGM), que puede causar cambios en la calidad de la lágrima y provocar así su evaporación.
Para confirmar el diagnóstico de ojo seco y sus características se practicaron las siguientes pruebas diagnósticas:
Los resultados de las pruebas OSAVET y la citología de impresión permitieron confirmar un diagnóstico de ojo seco cualitativo por disfunción de las glándulas de Meibomio (DGM) .
Es decir, los ojos de Balder no estaban segregando una lágrima de calidad suficiente como para proteger la superficie corneal lo que causaba la irritación e inflamación de la conjuntiva, y puede facilitar la aparición de úlceras corneales recurrentes.
En las fotografías siguientes pueden apreciarse los resultados de algunas de las pruebas que conforman el estudio completo de la lágrima OSAVET, que nos permite determinar qué capa de la película lagrimal está afectada y posteriormente implementar un tratamiento adecuado:
En la fotografía siguiente pueden verse las imágenes de la citología de impresión, una técnica simple y no invasiva que permite el estudio de múltiples desórdenes de la superficie ocular a partir del análisis de sus células y tejidos. En particular, resulta muy útil para el diagnóstico de ojo seco.
Se instauró un tratamiento tópico con inmunomoduladores, gel hidratante para los párpados con ácido hialurónico y DHA-Omega-3 entre otros, y suplementos orales de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6.
A las dos semanas ya se apreció mejoría de todos los síntomas, y la buena evolución durante las semanas posteriores permitió reducir de forma rápida la frecuencia del tratamiento y simplificar así su administración.
En las visitas regulares durante los primeros seis meses de tratamiento observamos una mejora significativa de los síntomas, sin nueva aparición de úlceras ni molestias oculares, salvo ligera secreción mucosa que empeoraba los días de viento.
La enfermedad del ojo seco en caballo no se diagnostica con frecuencia, y sin embargo tanto en humanos como en perros es una de las enfermedades más comunes de la oftalmología.
Según nuestro criterio, la enfermedad de ojo seco podría estar infradiagnosticada en equinos por varias razones. Una de ellas es que no se tiene en cuenta en el diagnóstico diferencial de enfermedades de la superficie ocular (por ejemplo, no se suele investigar la causa principal de la úlcera epitelial). Otra razón es que podría estar relacionada con la edad, ya que la esperanza de vida de los caballos ha aumentado considerablemente en los últimos años.
Es importante tener en cuenta que la combinación de diferentes tests y pruebas complementarias permite un mejor diagnóstico que el que se obtiene con un test o prueba de manera individual. Por este motivo, siempre se recomienda combinar diferentes tests para conseguir que el diagnóstico sea lo más correcto posible.
Existen diferentes tratamientos para el ojo seco cualitativo por DGM tanto en veterinaria como en medicina humana.. A nuestro parecer, cada caso es diferente, por lo que el tratamiento se debe de considerar de forma individual dependiendo de los signos clínicos, evolución, ambiente donde vive el paciente y la disponibilidad por parte de propietarios o cuidadores de aplicar el tratamiento.
En conclusión, las enfermedades oculares como el ojo seco son difíciles de diagnosticar en caballos, pero según nuestra experiencia deberían tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial de los problemas de superficie ocular para mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Disfunción de las glándulas de Meibomio y ojo seco evaporativo asociado: descripción de un caso clínico y su diagnóstico en un caballo. Reverté, M., Simó, M., Simó, F (IVO). Revista Lince Núm. 24 págs. 19 – 26. Sociedad Española de Oftalmología Veterinaria (SEOVET).
En la primera visita en équidos buscamos conocer con detalle el estado de los ojos del paciente con una exploración completa desde los párpados y la superficie ocular hasta el cristalino y el fondo ocular.
Cuando la superficie ocular no tiene una buena lubricación, la córnea o la conjuntiva se resecan y producen una combinación de síntomas que denominamos enfermedad de ojo seco.
Las heridas en el interior del ojo deben ser revisadas de forma urgente. En el caso de este caballo, los síntomas parecían indicar una perforación corneal. Una cirugía urgente de transplante corneal permitió salvarle el ojo y recuperar visión.