Las neuropatías diabéticas son un conjunto de trastornos nerviosos causados por muchas de las anormalidades comunes en la diabetes, como la glucosa alta en la sangre. Con el tiempo, esto puede dañar la capa que cubre los nervios o los vasos sanguíneos que transportan el oxígeno a los nervios. Los nervios dañados pueden dejar de enviar mensajes o enviar las señales nerviosas más lentamente o en momentos equivocados.
Se trata, junto con las cataratas diabéticas, de la complicación más frecuente en animales diabéticos y suele afectar en mayor medida a perros y gatos.
Esta patología se caracteriza por un déficit de parpadeo en el ojo, un aumento de la sequedad del ojo (las secreciones lagrimales a veces son prácticamente nulas) y, como consecuencia de esto, aparecen úlceras corneales graves.
A nivel ocular los nervios que pueden ser afectados son el nervio facial, el nervio trigémino o ambos.
Cuando afecta al nervio facial (nervio motor) puede llegar a provocar la llamada parálisis facial que conlleva a una dificultad o ausencia total del parpadeo.
Cuando afecta a el nervio trigémino (nervio craneal sensitivo) se produce una pérdida de sensibilidad de los párpados y de la córnea.
En perros diabéticos, se debe controlar la secreción de lágrimas para ver si está dentro de la normalidad.
En ocasiones, si se ha producido alguna úlcera ocular, se puede tapar el ojo afectado para que no se provoque más daño o bien se pueden colocar lentillas terapéuticas de protección, lubricantes oculares ….
El control de azúcar en la sangre puede ayudar a prevenir los problemas en los nervios o evitar que los que ya existen empeoren.
La prevención de la retinopatía diabética está asociada al control estricto de la diabetes y pasa, como la mayoría, por controles rutinarios, llevar una alimentación sana y realizar ejercicio con frecuencia.