La queratitis bullosa es un tipo de inflamación con la aparición de bullas en la superficie de la córnea. Afecta sobre todo a perros adultos y se debe a una degeneración del endotelio de la córnea.
El primer síntoma que se observa es una opacidad leve en la cornea que poco a poco va empeorando. Luego pueden aparecer unas bullas en el ojo que terminan reventando y provocando una úlcera, que puede ser muy dolorosa para el animal. Una vez curada suele aparecer de nuevo, y así sucesivamente y de forma continua.
Para diagnosticar y determinar el tratamiento más adecuado puede ser necesario realizar algunas de las siguientes pruebas oftalmológicas:
Aunque hay otros tratamientos (como desbridamiento de úlceras, termoqueratotomía, queratectomía superficial, transplante de córnea, etc.) actualmente el tratamiento recomendado en perros es el cross linking corneal, una técnica que utiliza la vitamina B (Riboflavina) y la radiación ultravioleta para endurecer la superficie de la córnea. Con esta técnica se evita la reaparición de bullas y la córnea se vuelve más transparente.
El cross-linking tiene la ventaja frente al tratamiento mediante injertos de que se reducen las cicatrices, además de eliminar todas las bacterias y gérmenes que pueda haber en la superficie de la córnea.
Además, la aplicación de esta técnica apenas dura 30 minutos y no existen riesgos para el paciente.
El cross linking es una técnica con un alto grado de efectividad tanto en seres humanos como en animales.
Es recomendable contactar con el oftalmólogo veterinario desde la aparición de los primeros signos de degeneración endotelial.
La actuación de forma precoz reducirá al mínimo la probabilidad de cicatrices en la córnea debido a las úlceras de las bullas que revientan. Éstas pueden o no afectar la visión del animal, dependiendo de dónde estén localizadas.
Como medida de prevención, es recomendable la visita periódica al oftalmólogo veterinario, especialmente en animales de más de 6 u 8 años de edad.
Debemos tener presente que nuestros animales de compañía tienden a adaptarse a la pérdida progresiva de visión sin que nos demos cuenta. Si esperamos a que la enfermedad sea muy evidente, es posible que el tratamiento sea más complejo, o que no tenga ya efectividad.
Queratopatía bullosa