Las úlceras indolentes, tórpidas o del bóxer son un tipo de úlcera corneal cuya causa es un defecto, generalmente congénito, en el epitelio, por el cual éste se despega del estroma, que es la capa central y más fuerte de la córnea.
Al despegarse produce una pequeña ampolla, que cuando revienta tiene difícil cicatrización.
Anteriormente se la llamaba úlcera del bóxer, por ser la raza que más típicamente la presentaba.
Las úlceras tórpidas, al ser hereditarias, son mucho más frecuentes en determinadas razas: el gato persa, el bulldog francés, el bulldog inglés, el caniche y el bóxer.
Los síntomas de úlcera corneal pueden ser:
El tratamiento dependerá del tipo y evolución de la úlcera o herida.
Las úlceras superficiales habitualmente se curan sin muchos problemas. Inicialmente se aplica un colirio con antibiótico suave tres veces al día para que no se infecte, y un antiinflamatorio oral para reducir el dolor. La herida debería cicatrizar en poco tiempo (6 o 7 días).
En el caso de úlceras indolentes o tórpidas es habitual que pasadas dos semanas de tratamiento con gotas la herida aún no haya cicatrizado, y entonces pueden ser necesarias pequeñas intervenciones para ayudar a la cicatrización.
La úlcera infecciosa necesita otro tipo de tratamiento más intensivo para curar la infección, que puede derivar en queratitis infecciosa (inflamación de la córnea) o queratoconjuntivitis (inflamación de la conjuntiva, la membrana interna del párpado).
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Información validada por el Dr. Paco Simó , oftalmólogo del Instituto Veterinario Oftalmológico de Barcelona. Todos los derechos reservados.