La herida en el ojo de Kira era tan profunda que le impedía abrirlo por el dolor. Ante el riesgo de perforación corneal optamos por una cirugía urgente de injerto corneal para eliminar el dolor, preservar el ojo y recuperar visión.
Kira es una joven perrita Shih Tzu que nos visitó hace unos meses por una úlcera corneal muy profunda y grave. Venía referida por su veterinario para una posible cirugía.
Cuando Kira vino a la consulta, tenía el ojo izquierdo cerrado debido al dolor. Tras poner unas gotas de anestésico tópico, pudimos abrir el ojo de Kira y vimos que tenía una úlcera muy profunda y muy infectada.
Decidimos coger una muestra cuidadosamente para observar con el microscopio y vimos que había una infección muy severa.
Además realizamos una OCT de córnea, una prueba con la que podemos ver el espesor de la córnea y ver cuanto tejido sano nos queda cuando hay una úlcera tan grave.
Dado al alto riesgo de perforación ocular con esta úlcera, decidimos operar a Kira cuanto antes.
Para cubrir el defecto de la úlcera, decidimos poner un injerto de córnea tectónica, mediante cirugía llamada queratoplastia. Esta cirugía se realiza cuando tenemos heridas corneales muy profundas y con riesgo de perforación ocular.
Para ello se utiliza una córnea donante que se fija a la zona de la úlcera mediante unas sutura muy fina bajo el microscopio. En el caso de Kira, además, decidimos cubrir el ojo con la membrana nictitante para darle más protección.
Tras la operación, Kira se fue a casa con tratamiento tópico y comprimidos y vino a revisar una semana más tarde.
Dos semanas tras el procedimiento retiramos los puntos de la membrana nictitante para descubrir el ojo y tenía muy buen aspecto: el injerto ya se había integrado en la córnea de Kira.
Un mes tras el procedimiento retiramos también los puntos de la córnea bajo sedación. Tras esto, es normal que quede algo de cicatriz, que iremos retirando con el uso de medicación tópica.
A día de hoy Kira continúa el tratamiento para retirar la cicatriz. Ella y su dueña están muy contentas y vienen a las revisiones periódicamente.
Las úlceras corneales tienen buen pronóstico si se consigue evitar la infección. El tratamiento adecuado consigue minimizar cicatrices y evitar pérdida de visión
El trasplante de córnea puede ser la única opción terapéutica para salvar un ojo con perforación corneal. Se trata de una de las técnicas quirúrgicas más antiguas de la oftalmología y suele dar muy buenos resultados si se realiza a tiempo.
El IVO aplica terapias regenerativas con células madre en úlcera corneal, uveítis y queratitis, e investiga su posible aplicación en atrofias retinianas.