En animales exóticos suele ser necesario recurrir a la sedación para realizar una exploración oftalmológica completa. En el caso de esta tortuga africana, solo así pudimos diagnosticar y tratar adecuadamente el problema que le impedía abrir el ojo.
Hace unos meses tuvimos el placer de conocer a la tortuga Cleopatra. Nos visitó porque uno de sus ojos permanecía cerrado desde hacía días, y las pomadas oftalmológicas prescritas por su veterinario no estaban dando el resultado esperado.
Todos nos sorprendimos a ver a la bonita Cleo, una tortuga de espolones africana de la especie Geochelone Sulcata, que puede llegar a alcanzar hasta los 100 Kgs de peso en algunos machos.
Cleopatra tenía el ojo derecho cerrado e inflamado:
Tras tomar una muestra con un hisopo y examinarla con el microscopio, detectamos la presencia de abundantes bacterias causantes de la infección, con la consecuente inflamación de la zona. Añadimos un tratamiento antibiótico tópico específico para la infección diagnosticada y pedimos visitarla de nuevo al cabo de una semana.
Además, Cleopatra iría recibiendo inyecciones de antibiótico y vitaminas por parte de su veterinario.
Tras una semana de tratamiento, la inflamación del ojo derecho había mejorado pero el ojo seguía cerrado. Para realizar una exploración oftalmológica completa que nos permitiera conocer las causas era necesario sedarla.
Dada la complejidad de este tipo de pacientes, decidimos esperar a la finalización del tratamiento inyectable prescrito por su veterinario por si había mejoría y podía evitarse la sedación.
Pero tras casi un mes de tratamiento, la pobre Cleo seguía con el ojo cerrado, así que finalmente optamos por sedarla para poder realizar una exploración completa. Para ello contamos con la colaboración de un anestesista especialista en exóticos.
En cuanto pudimos abrir y evaluar su ojo derecho vimos que tenía algunas escamas adheridas que posiblemente estaban actuando como cuerpo extraño, dañando la superficie ocular y causando las molestias que le impedían abrir el ojo.
Cleopatra tenía una úlcera corneal, así como material infeccioso en la cámara anterior de su ojo.
Realizamos una limpieza profunda de todo el ojo y la conjuntiva, así como de los párpados, para eliminar todas las escamas adheridas.
Decidimos continuar entonces con el tratamiento antibiótico tópico e inyectado para la infección a la espera de que la úlcera ya pudiera cicatrizar correctamente y Cleopatra recuperara el confort y la visión del ojo derecho.
A día de hoy Cleopatra está muy bien y su ojo totalmente curado.
Las úlceras corneales tienen buen pronóstico si se consigue evitar la infección. El tratamiento adecuado consigue minimizar cicatrices y evitar pérdida de visión
Noa es un ejemplar de Águila de Harris de tan sólo un año y medio de edad que acudió a IVO con fuertes molestias en su ojo derecho.
Caso clínico de gato que viaja de Santo Domingo a Barcelona para tratar úlcera corneal infectada con crosslinking e injerto de membrana amniótica