Rody había perdido la visión de un día para otro, tenía los ojos completamente blancos y estaba muy desorientado. Tras un examen ocular completo y una analítica, le diagnosticamos una uveítis lipémica, y a los tres días de tratamiento médico ya había recuperado visión.
Rody es un podenco de 11 años que de un día para otro había perdido totalmente la visión cuando estaba aparentemente sano.
En la primera visita, los dueños de Rody nos comentaron que la noche anterior le habían visto desorientado, y que ese mismo día por la mañana ya no podía ver absolutamente nada.
Tenía los ojos completamente blancos.
En la exploración pudimos ver que Rody no respondía al estímulo visual de acercarle la mano rápidamente hacia los ojos, es decir, tenía el llamado reflejo de amenaza totalmente negativo en los dos ojos.
Tras examinarle con la lámpara de hendidura vimos que presentaba una capa de grasa o lípidos en la cámara anterior, que es el espacio entre el iris y la parte frontal transparente que lo cubre (la córnea). También pudimos comprobar que padecía una uveítis o inflamación intraocular.
Los lípidos que presentaba en la cámara anterior impedían observar adecuadamente las estructuras del interior del ojo, por lo que decidimos realizar una ecografía ocular que nos permitiera analizarlas con más detalle.
Debido a la severidad del cuadro, le pusimos una inyección de antiinflamatorios y empezamos con una terapia intensiva de gotas antiinflamatorias y antibióticos orales, al tiempo que solicitamos una analítica sanguínea en su veterinario para comprobar su estado general.
Cuando Rody volvió a revisión unos días más tarde ya había recuperado gran parte de la visión, pero sus ojos aún tenían un aspecto algo blanquecino.
Los resultados de la analítica de sangre indicaron que Rody tenía el colesterol y los triglicéridos muy altos.
Además, Rody dio positivo en una enfermedad parasitaria llamada Rickettsia que se transmite a través de las garrapatas. La Rickettsia es una enfermedad sistémica que puede causar inflamación intraocular como la que padecía Rody, y que había provocado que los lípidos pasasen a la cámara anterior del ojo.
La uveítis lipémica es una acumulación anormal de lipoproteínas en la cámara anterior del ojo, que es el espacio entre el iris y la capa frontal transparente que lo cubre (la córnea).
Para que esto se produzca tienen que ocurrir dos cosas:
Esta aumento de los lípidos en sangre podría ser primario o secundario a otras enfermedades como diabetes, hipotiroidismo o el síndrome de Cushing; es por esto que en las analíticas revisamos los niveles de glucosa y el tiroides entre otras cosas.
Algunas razas están más predispuestas a esta patología, como son los Schnauzer miniatura, los beagles o algunos Collies.
El pronóstico de esta enfermedad es bueno, pero es muy importante realizar pruebas e investigar sobre las posibles causas para poder tratarlo adecuadamente.
Tras dos meses del tratamiento médico adecuado para su uveítis lipémica, hoy Rody ha recuperado totalmente la visión y se encuentra feliz en casa tomando una dieta y suplementos para bajar los niveles de triglicéridos en sangre.
La picadura de la garrapata puede transmitir enfermedades sistémicas que causan pérdida de visión, como la infección por Rickkettsia conorii y Ehrlichia canis que padecía Terri.
La ecografía ocular en perros, gatos y otros animales es una prueba indolora que permite observar las estructuras del globo ocular con el animal despierto.
Entrevista a Paco Simó, director médico de IVO, en el suplemento Economía y Empresa de La Vanguardia y Cinco Días