La mayoría de los animales sí son capaces de distinguir ciertos colores gracias a un tipo de células (fotorreceptores) de la retina denominadas conos.
A diferencia de los seres humanos, las mascotas no pueden decir qué síntomas tienen para que el oftalmólogo pueda detectar más fácilmente qué tipo de patología padece, elaborar un diagnóstico y aplicar el tratamiento más adecuado.