Los animales sí son capaces de distinguir los colores gracias a las células fotorreceptoras denominadas conos.
Existía la creencia popular de que los animales solamente podían ver en blanco y negro hasta que se pudo comprobar científicamente que la mayoría de ellos, al igual que los seres humanos, son capaces de distinguir ciertos colores gracias a un tipo de células (fotorreceptores) de la retina denominadas conos.
Según la especie a la que pertenezcan, los animales están capacitados para ver en color gracias a que poseen dos tipos de conos. Esto les permite tener una visión dicromática, a diferencia de los seres humanos que tienen una visión tricromática, lo que significa que son capaces de distinguir dos los tres colores primarios, como es el caso de los perros, los gatos o los caballos.
Se ha comprobado que los caninos no son capaces de distinguir el color rojo y el verde, lo que significa que su escala cromática se basa en las tonalidades azulosas, amarillentas o grisáceas. En cuanto a los gatos, éstos son capaces de percibir los azules y los verdes e incapaces de distinguir los tonos rojos. Por el contrario, los equinos distinguen matices azules y rojos.
Animales como los bovinos y caprinos pueden percibir la gama completa de dos colores: el verde y el azul. Por ejemplo, el mito de que el toro se enfurece con el rojo de un capote no es verdadero, sino que se centra en el movimiento, ya que no pueden percibir esa gama cromática.
Por otro lado, la visión de las abejas es capaz de distinguir la gama que va desde del ultravioleta, que las dirige directamente hacia el polen y el néctar, hasta el azul y verde, pero incapaces de percibir el color rojo. Otro dato curioso es el caso de las salamandras, los pulpos o los hámsteres, que solamente pueden percibir una tonalidad muy parecida al blanco y negro al tener una visión monocromática.
Por lo que se refiere a las aves, son la especie capaz de distinguir una mayor gama colorimétrica (visión tetracromática), lo que les permite ver colores que los humanos no somos capaces de percibir. Por ejemplo, aves de presa y rapaces como las águilas o halcones distinguen hasta cuatro colores: rojo, amarillo, verde y azul ya que para localizar sus presas deben poseer una mayor precisión.
En definitiva, la visión cromática en el reino animal depende, en realidad, de la función que vayan a desempeñar, ya sea para la reproducción sexual (los colores más llamativos permitirán que puedan aparearse más fácilmente) para alimentarse o defenderse de otras especies (un color llamativo ahuyentará más fácilmente a otros animales).
Foto: Mark Sebastian