La diabetes está estrechamente ligada a las enfermedades oculares. Si no se detectan a tiempo, y se mantiene un control correcto de los niveles de glucosa en sangre, pueden incluso provocar ceguera en los animales.
La mayoría de animales tienen la diabetes de tipo 1, es decir, el páncreas no produce insulina, por lo que sin esta hormona las células no utilizan la glucosa en sangre, ésta aumenta su nivel y las células carecen de la energía necesaria para vivir.
Se estima que la diabetes afecta a 1 de cada 500 perros, y 1 de cada 230 gatos domésticos, aunque la mayoría de ellos están sin detectar.
Pueden verse afectados por la diabetes los perros y gatos de todas las edades, aunque suele suele afectar principalmente a:
Los hurones son animales propensos a padecer diabetes congénita (hereditaria) y comienzan a desarrollar los primeros síntomas a partir de 1-2 años de edad.
La diabetes está estrechamente ligada a las enfermedades oculares, aunque las primeras señales no están relacionados con la vista.
En muchas ocasiones estos síntomas pueden incluso pasar desapercibidos:
El veterinario medirá los niveles de glucosa en sangre y examinará la orina del animal para comprobar o descartar la presencia de glucosa y de cuerpos cetónicos.
Los niveles constantemente altos de glucosa en sangre junto con la glucosa en la orina suelen implicar que el animal padece diabetes emllitus.
Si no se detecta a tiempo la diabetes y se controlan los niveles de glucosa en sangre del animal, pueden aparecer ciertas patologías oculares graves asociadas a esta enfermedad tales como:
Si estas enfermedades no son detectadas a tiempo y tratadas adecuadamente, podrían causar daños irreversibles e incluso provocar ceguera en los animales.
De todas ellas, las cataratas diabéticas suele ser una de las primeras patologías en aparecer en los perros, gatos y hurones diabéticos.
En el caso de los perros, éstos pueden desarrollar cataratas rápidamente y con complicaciones que pueden ser graves por inflamación del cristalino, retención de líquido y aumento de su tamaño dentro del ojo. Como consecuencia de ello, si no se tratan a tiempo pueden producir uveítis, glaucoma y desprendimientos de retina.
Por otro lado, cuando los animales ya llevan tiempo con la diabetes pueden además desarrollar retinopatía diabética. Ésta es una enfermedad que suele pasar desapercibida y solamente es posible detectarse mediante controles rutinarios al oftalmólogo. Es en ese momento cuando se ven las lesiones, las denominadas microangiopatías, pequeñas hemorragias en el fondo del ojo (daño en los vasos sanguíneos de la retina).
Otra patología común asociada a la diabetes en animales es la neuropatía diabética, patología que consiste en un déficit de parpadeo del ojo, por lo que esto hace que aumente la sequedad ocular, las secreciones lagrimales a veces son prácticamente nulas y, como consecuencia de ello, aparecen úlceras corneales graves.
El control oftalmológico, el ejercicio y una buena alimentación, claves para prevenir lesiones oculares graves provocadas por la diabetes
Así pues, el IVO recomienda realizar controles oculares periódicos a los animales para detectar esta enfermedad de forma estricta y evitar así la aparición de otras patologías oculares asociadas que podrían causar daños irreversibles.
Para mejorar la calidad de vida de nuestras mascotas el IVO recomienda, al igual que las personas, una alimentación sana, sin exceso de azúcares y hacer que realicen ejercicio de forma periódica. La obesidad predispone a padecer diabetes.
Siempre es recomendable operar las cataratas diabéticas en perros cuanto antes. El caso de Duque muestra las complicaciones de retrasar la operación.
Las neuropatías diabéticas son un conjunto de trastornos nerviosos causados por muchas de las anormalidades comunes en la diabetes, como la glucosa alta en la sangre.
La retinopatía diabética viene ocasionada por un daño en los vasos sanguíneos de la retina a causa de la descompensación metabólica de la diabetes.