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Triquiasis en animales: causas, diagnóstico y tratamiento veterinario

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Contenido médico revisado por Dr. Paco Simó, oftalmólogo veterinario de IVO. Última actualización: 21 Agosto 2025

¿Qué es la triquiasis en animales?

La triquiasis es una alteración del crecimiento o de la dirección del pelo periocular, en la que los pelos, aunque situados en una posición anatómicamente normal (por ejemplo, en los párpados o en la piel cercana al ojo), crecen orientados hacia la superficie ocular, provocando contacto directo con la córnea o la conjuntiva. Este contacto continuo genera irritación mecánica, inflamación y, en casos crónicos o graves, úlceras corneales.

A diferencia de la distiquiasis, en la que las pestañas surgen de lugares anómalos (como las glándulas de Meibomio), en la triquiasis el folículo piloso está en su sitio normal, pero su ángulo de crecimiento es patológico. Esta condición se presenta con mayor frecuencia en perros, aunque también puede observarse en gatos y, de forma esporádica, en otras especies como caballos.

Síntomas de la triquiasis en animales

Los síntomas de la triquiasis dependen del número y rigidez de los pelos implicados, así como del grado de contacto con la córnea. Los signos más comunes incluyen:

  • Blefarospasmo (cierre reflejo del ojo por dolor)
  • Epífora (lagrimeo excesivo)
  • Enrojecimiento conjuntival
  • Conjuntivitis crónica
  • Queratitis superficial o pigmentaria
  • Úlceras corneales (erosiones, queratitis punteadas o profundas)
  • Sensibilidad a la luz (fotofobia)
  • Disminución de la visión, en casos prolongados

Los síntomas pueden ser intermitentes o crónicos, y a menudo empeoran con el viento o el parpadeo.

Causas

La triquiasis puede ser:

1. Congénita: relacionada con la morfología de ciertas razas, especialmente braquicéfalas o con pliegues cutáneos faciales pronunciados.

2. Adquirida: secundaria a:

  • Cicatrices palpebrales (tras traumatismos, cirugías o infecciones)
  • Entropión (párpado enrollado hacia el ojo)
  • Reconstrucciones quirúrgicas mal orientadas
  • Inflamaciones crónicas perioculares

3. Las razas predispuestas incluyen:

  • En perros: Pekingese, Pug, Bulldog Francés, Lhasa Apso, Shih Tzu, Shar Pei
  • En gatos: Persas y otras razas braquicéfalas pueden verse afectadas por triquiasis relacionada con entropión medial o exceso de piel nasal.

¿Cómo diagnosticamos la triquiasis en animales?

El diagnóstico se basa en:

  • Examen ocular detallado con luz focal o lámpara de hendidura.
  • Observación del comportamiento del pelo en reposo y al parpadear.
  • Tinción corneal con fluoresceína, para detectar lesiones por fricción.
  • Documentación fotográfica o con vídeo, útil en casos sutiles.
  • Exploración del ángulo nasomedial y región cantal interna, especialmente en razas braquicéfalas.

En ocasiones es útil sedar al animal para un examen exhaustivo, sobre todo si hay blefarospasmo intenso.

Tratamiento de la triquiasis

El tratamiento de la triquiasis depende de la localización, severidad y causa. El objetivo es eliminar o desviar el pelo que contacta con la córnea.

Tratamientos disponibles:

Casos leves

  • Colirios lubricantes o geles oftálmicos para reducir la fricción.
  • Antiinflamatorios tópicos para controlar la irritación.
  • Recortes periódicos de los pelos (opción temporal y poco práctica a largo plazo).

Casos moderados a graves

1. Electroepilación o láser

Estas técnicas permiten destruir los folículos pilosos responsables. En triquiasis adquirida localizada puede ser útil.

2. Corrección quirúrgica

  • Resección en cuña o plastias palpebrales, si la causa es una cicatriz o defecto de párpado.
  • Corrección del entropión en casos asociados.
  • Plastia nasal o cirugía de la carúncula lagrimal, en triquiasis nasal medial (común en razas braquicéfalas).

Tratamiento con láser

  • En casos donde el pelo es aislado y accesible, se puede utilizar láser de CO o láser de diodo para fotocoagular el folículo.
  • Es un procedimiento preciso y con poca inflamación postoperatoria, aunque limitado a ciertos casos.

Control de complicaciones

  • Tratamiento de úlceras corneales con antibióticos tópicos y cicatrizantes.
  • Colirios inmunomoduladores (como ciclosporina) si hay pigmentación corneal secundaria.

¿En qué animales es más frecuente la triquiasis?

La triquiasis se observa principalmente en perros, especialmente en razas braquicéfalas o de párpados laxos. También puede aparecer en perros de razas grandes con entropión o tras cirugías oculares.

En gatos, la triquiasis es menos frecuente, pero puede darse en razas como el Persa, y especialmente cuando hay entropión medial o traumatismos previos.

En caballos, la triquiasis es excepcional, aunque pueden desarrollarla como secuela cicatricial de lesiones o cirugías palpebrales.

¿Se puede prevenir?

En los casos congénitos, la prevención es difícil. Sin embargo, pueden tomarse medidas como:

  • Evitar la reproducción de animales con triquiasis severa o entropión hereditario.
  • Diagnóstico precoz en razas predispuestas, especialmente en edades jóvenes.
  • Tratamiento quirúrgico temprano del entropión para evitar lesiones corneales secundarias.
  • Seguimiento oftalmológico en animales con cirugías palpebrales previas o lesiones traumáticas.

La triquiasis en animales en fotos

A continuación, mostramos algunos casos reales de triquiasis en diferentes razas y localizaciones oculares:

Imagen 1. American Bully hembra de 4 años con triquiaisis bilateral del párpado superior.

Rostro de una American Bully donde se observan varios pelos anómalos saliendo del borde palpebral superior en ambos ojos.

Imagen 1. Las flechas indican la dirección anómala del crecimiento de los pelos hacia la córnea, generando molestias oculares evidentes.

Imagen 2. Yorkshire terrier hembra de 15 años con triquiaisis en el párpado superior del ojo derecho, asociada a una cirugía previa.

Ojo derecho de un Yorkshire terrier con tinción corneal por fluoresceína y triquiasis secundaria a una cirugía anterior.

Imagen 2. Primer plano del ojo derecho con signos de irritación y fluoresceína acumulada por contacto con pelos en dirección anómala.

Imagen 3. Perrita mestiza de 7 años con triquiaisis localizada en el canto lateral del párpado superior izquierdo

Primer plano del ojo izquierdo de una perra mestiza con triquiasis en el extremo lateral del párpado superior.

Imagen 3. Canto lateral del párpado superior con crecimiento de pelos hacia la córnea, teñida por la lesión corneal subyacente.

 Imagen 4. Misma perrita meses antes de tratar su blefaritis infecciosa. En la imagen también se aprecian las triquiasis.

Imagen previa al tratamiento donde se aprecia blefaritis infecciosa activa y varios pelos dirigidos hacia la córnea.

Imagen 4. Fotografía tomada antes del tratamiento de blefaritis, donde también son visibles pelos que crecen hacia el globo ocular.

Imagen 5. Podenca andaluza de 4 años con triquiaisis en el canto lateral del párpado superior del ojo izquierdo

Detalle del ojo izquierdo de una podenca andaluza con triquiasis focalizada en la zona lateral del párpado.

Imagen 5. Pelo mal dirigido en el canto lateral del párpado superior izquierdo, en contacto directo con la córnea.

Imagen 6. En los casos crónicos de triquiasis, especialmente en razas braquicéfalas o con abundante pelo facial, la irritación constante sobre la superficie ocular puede generar complicaciones graves. A continuación, mostramos un ejemplo clínico donde se observa claramente el contacto permanente del pelo con la córnea.

Ojo de una perra Shih Tzu de 10 años con triquiasis avanzada; se observan pelos del párpado en contacto directo con la superficie corneal inflamada.

Imagen 6. Contacto permanente del pelo periocular con la córnea en una perra Shih Tzu de 10 años, con signos avanzados de irritación ocular crónica.

Imagen 7. La triquiasis puede pasar desapercibida en animales jóvenes, pero su efecto acumulativo sobre la superficie ocular genera irritaciones persistentes que comprometen la salud visual. Este caso refleja cómo un Shih Tzu de tan solo 3 años sufre conjuntivitis recurrentes que pueden agravarse por el roce constante de los pelos con la conjuntiva y la córnea.

Ojo de un Shih Tzu de 3 años con pelos largos en contacto con la córnea, provocando conjuntivitis recidivantes por triquiasis.

Imagen 7. Triquiasis en un perro joven de raza Shih Tzu, con pelos perioculares que irritan la conjuntiva y pueden ser causa de conjuntivitis de repetición.

Conclusión

La triquiasis es una condición frecuente en oftalmología veterinaria, especialmente en perros, y puede producir molestias significativas y lesiones corneales si no se trata adecuadamente.

El tratamiento debe adaptarse a cada caso y puede incluir desde lubricación y manejo conservador hasta cirugía reconstructiva o uso de láser para resolver el problema de forma definitiva.

La intervención temprana es clave para preservar la salud ocular y prevenir daños crónicos en la superficie del ojo.

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