Una herida en el ojo requiere evaluación inmediata para evitar complicaciones.
En el caso de Fiona se trataba de una perforación corneal, y una compleja cirugía a tiempo le devolvió totalmente la visión, e incluso su cara de traviesa.
Fiona es una Shi-tzu de tres años y medio que acudió a nuestra consulta de urgencias. Desde hacía una semana presentaba una úlcera infectada en la córnea del ojo izquierdo. Pese estar en tratamiento, la úlcera había empeorado, así que con un gran esfuerzo de los propietarios cruzaron casi todo el norte de España de noche (vinieron en coche desde Asturias sin parar) para llegar a consulta la mañana siguiente en el IVO.
Una herida en el ojo requiere evaluación inmediata para evitar complicaciones.
Una úlcera corneal es una herida en la superficie del ojo que, en caso de infectarse, puede requerir tratamientos complejos para evitar pérdida de visión y cicatrices en la córnea.
Los síntomas más habituales de úlcera corneal son:
En el caso de Fiona, sus síntomas apuntaban a una úlcera con perforación corneal, es decir, con falta de continuidad total de las capas corneales y exposición de las estructuras intraoculares.
La evaluación oftalmológica completa de una herida en el ojo de un perro u otro animal es clave para determinar el tratamiento que puede evitar la pérdida de visión.
En el caso de úlcera con perforación corneal de Fiona se realizaron las siguientes pruebas diagnósticas:
Mediante la OCT se pudo medir la longitud del defecto y la estructura de los tejidos contiguos al defecto para valorar diferentes aspectos de la cirugía.
Fiona presentaba una perforación corneal del 35% de la córnea aproximadamente.
Una vez sedada, a Fiona se le tomó una muestra de la córnea para realizar una citología corneal y así poder determinar el tratamiento terapeútico más indicado en el postoperatorio.
OCT preoperatoria: En la OCT se aprecia un grosor de 500-700 micras de material fibrinoso con cavidades reteniendo las estructuras intraoculares. Se aprecia una falta de continuidad de las capas corneales. Foto: IVO.
El mismo día el Dr. Simó le realizó una cirugía de injerto corneal y después un recubrimiento del ojo con la membrana nictitante, o tarsorrafía, para que el ojo recién operado quedara más protegido durante las primeras semanas del postoperatorio.
Video de la cirugía de Fiona realizada por el Dr. Paco Simó en el IVO: cirugía de perforación corneal con recubrimiento de membrana nictitante. Video y fotos: IVO.
Tras la cirugía el mismo día se realizó una ecografía ocular para valorar el estado de la retina del ojo izquierdo, y pese que había signos de inflamación en la coroides, nuestra pequeña paciente tuvo suerte y no sufrió ningún desprendimiento de retina.
Ecografía postoperatoria: se aprecia una inflamación en la parte posterior de la retina y coloides. Foto: IVO
Tres meses después de la intervención Fiona conserva su ojo izquierdo y sobre todo, y lo más importante, conserva la visión de dicho ojo. Como veis en la foto de cabecera, a la pequeña Fiona no le ha cambiado su cara de traviesa.
Foto del OS el día de la 1º visita, se aprecia una herida en el ojo con perforación corneal del 35% de la córnea y neovascularización corneal. Foto: IVO
Foto de la revisión 3 meses después de la cirugía. Solo se aprecia el leucoma cicatricial, que no impide la visión. Es un ojo visual. Foto: IVO
La queratitis infecciosa es una inflamación de la córnea debida a una infección. Si además hay ojo rojo, irritación o hinchazón de la capa interior del párpado hablamos de queratoconjuntivitis.
Pedrito es un Bulldog Francés de 7 años que acudió de urgencias al IVO con úlcera corneal y mucho dolor. Como suele ocurrir entre los perros de razas braquicefálicas, una pequeña herida en el ojo se había infectado y tenía riesgo de perforación.
La OCT (tomografía de coherencia óptica) aporta información muy valiosa sin sedar ni anestesiar al paciente.
Muchas gracias.