Ante un ojo cerrado o molesto nunca será bueno esperar a ver cómo evoluciona por sí solo. En el caso de Wendy, una actuación a tiempo permitió controlar la infección, eliminar el dolor y evitar pérdida de visión irreversible.
Wendy es una bulldog francesa de un año que acudió a IVO Ibiza por una herida en el ojo izquierdo que le habían detectado sus propietarios esa misma mañana. Al parecer le causaba tanta molestia que prácticamente no abría los ojos (blefarospasmo).
Tras la exploración con lámpara de hendidura, pudimos comprobar que Wendy padecía una úlcera infectada.
Fue necesario realizar una tomografía de coherencia óptica corneal (OCT) para evaluar la profundidad de la úlcera y una citología para determinar con mayor precisión el tipo de infección que presentaba.
Imagen de la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) de Wendy realizada el primer día. Se puede apreciar un espesor de 500 micras en el centro de la úlcera corneal estromal. Foto: IVO.
El tratamiento de las úlceras corneales infecciosas depende del tipo y evolución de la herida. Inicialmente se aplica un colirio con antibiótico, pero si de esta forma no se consigue curar la infección puede ser necesario recurrir a otro tipo de tratamientos, o a una cirugía.
En el caso de Wendy, el tratamiento inicial a base de colirios y pastillas no fue suficiente. En solo 48 horas las bacterias habían eliminado prácticamente todo el espesor corneal y Wendy corría riesgo de perforación corneal.
En ese momento optamos por una cirugía de urgencia llamada injerto de córnea tectónica, que consiste en sustituir la parte de córnea dañada o perforada por otra sana, habitualmente de un donante. Se trata de una de las técnicas quirúrgicas más antiguas de la oftalmología y suele dar muy buenos resultados si se realiza a tiempo.
Un mes después de la cirugía, Wendy está estupenda.
Hemos comenzado con un tratamiento específico para mejorar la calidad de su lágrima y para intentar dar la mayor transparencia posible a su córnea, aunque no se vea afectada su visión.
Ojo de Wendy en su primera visita al IVO. Se aprecia úlcera estromal con colagenolisis. Foto: IVO
Ojo de Wendy una vez iniciado el tratamiento tópico. El descemetocele abarcaba el 25% del total corneal. Lamentablemente, el antibiótico no fue suficiente para curar la infección. Foto: IVO
Ojo de Wendy un mes y medio después de la operación con injerto de córnea tectónica. Se aprecia cicatriz (leucoma cicatrizal) que poco a poco iremos reduciendo con el tratamiento adecuado para conseguir la máxima transparencia de la córnea. Foto: IVO
Un mes después de la operación, Wendy está totalmente recuperada, contenta y sin dolor.
Las especiales características del Bulldog Francés les hacen candidatos a una muchos problemas y enfermedades oculares, algunos de ellos graves para su visión. Te contamos cuáles son y cómo se tratan.
Las úlceras corneales tienen buen pronóstico si se consigue evitar la infección. El tratamiento adecuado consigue minimizar cicatrices y evitar pérdida de visión
El trasplante de córnea puede ser la única opción terapéutica para salvar un ojo con perforación corneal. Se trata de una de las técnicas quirúrgicas más antiguas de la oftalmología y suele dar muy buenos resultados si se realiza a tiempo.