A diferencia de los seres humanos, las mascotas no pueden decir qué síntomas tienen para que el oftalmólogo pueda detectar más fácilmente qué tipo de patología padece, elaborar un diagnóstico y aplicar el tratamiento más adecuado.
A pesar de haber perdido el sentido del oído y ser prácticamente ciega, Alejandra adoptó a Lea, un gran danés de apenas unos meses que con esfuerzo y espíritu de superación ha conseguido llevar una vida prácticamente normal.
Gracias a los avances tecnológicos y científicos en los últimos años en el campo de la oftalmología veterinaria, es más fácil detectar y prevenir ciertas patologías oculares.