Tommy, con solo 8 meses de edad, padecía pérdida de visión bilateral por mútiples causas debidas a una malformación ocular congénita. La cirugía de catarata en perro con microftalmia requería de unas lentes intraoculares especiales, que se implantaron en IVO con muy buena recuperación de visión en ambos ojos.
Tommy es un West Highland Terrier que acudió por primera vez a consulta con pérdida de visión bilateral a sus 8 meses de edad.
En la exploración oftalmológica completa se apreciaron varias patologías en este pequeño paciente:
Estas patologías algunas veces pueden ir relacionadas entre sí, como en este caso, en que las membranas pupilares persistentes habían causado una catarata en la parte anterior del cristalino.
La patología de las membranas pupilares persistentes (MPP) es una anomalía en el iris, generalmente congénita y frecuente en perros, por la que aparecen unas membranas sobre la pupila.
En el caso de Tommy, las membranas pupilares persistentes habían entrado en contacto con la cápsula anterior del cristalino (MPP irido-cristalinianas) y habían causado una catarata en la parte anterior del mismo.
Nuestro paciente tenía además otro tipo de catarata, una catarata congénita, que agravaba la situación visual. Tenía, además, un nistagmo rotatorio (movimiento ocular oscilatorio en el cual el ojo rota parcialmente alrededor del eje visual.
En este caso el nistagmo de Tommy podía estar relacionado con su déficit visual, ya que están descritos los nistagmos congénitos en animales jóvenes con déficit visual en el periodo postnatal precoz. Estos nistagmos a veces se resuelven tras las intervenciones y otras no.
Finalmente, padecía también microftalmia (ojo de un tamaño menor de lo normal), que en perros se presenta algunas veces asociada a otras anomalías tales como cataratas (como en el caso de Tommy).
En el video se puede apreciar el nistagmo rotatorio de Tommy.
La exploración de Tommy se completó con las siguientes pruebas diagnósticas. El objetivo era determinar si con una cirugía de catarata podía recuperar visión
• test reflejos pupilares con luces de diferentes intensidades de onda
• tonometría
• gonioscopia
• ecografía ocular
• electrorretinografia
Los resultados de las pruebas indicaron la conveniencia de realizar una cirugía de catarata bilateral.
La cirugía presentaba cierta complejidad por la implantación de lentes intraoculares adecuadas a las particularidades de su microftalmia.
Tras la cirugía de catarata pueden implantarse lentes intraoculares especiales para perros para mejorar su visión.
Hay varias razones por las que las lentes intraoculares que se implantan en perros son distintas de las que se implantan en humanos:
1. la córnea del perro es más plana
2. la longitud axial del globo ocular es más corta
3. la cámara anterior normalmente es más profunda
Todas éstas características hacen que se tengan que compensar más y por ello tengan más dioptrías. Son lentes de 40D, mientras que un humano emétrope necesita una lente de 18D.
Se puede apreciar la diferencia significativa de un ojo microftálmico como es el de Tommy y uno de otro paciente, con un tamaño ocular normal pero también con hiperecogenicidad a nivel del cristalino debido a una catarata:
Los ojos microftálmicos tienen una longitud axial menor, por lo que no tienen las mismas dioptrías, un factor importante a la hora de querer que nuestros pacientes sean lo más próximos a un emétrope tras la cirugía de cataratas.
Debido a la microftalmia de Tommy, las lentes intraoculares (LIO) debían ser de 30 dioptrías (D).
Paco Simó practicó a Tommy una cirugía de catarata bilateral con implante de lentes intraoculares adaptadas a su caso particular, en los quirófanos del Instituto Veterinario Oftalmológico.
El postoperatorio se desarrolló sin problemas, y a los 15 días de la operación se apreciaba una correcta recuperación de su visión.
En el ojo izquierdo se podía apreciar una opacidad que proviene de la cápsula posterior del cristalino (la cual se mantuvo tras la facoemulsificación y sirve de apoyo para la LIO).
En la revisión se pudo observar la ausencia de las MPP, aunque el nistagmo persistía tras la intervención.
A los 15 días de la operación se pudo comprobar que Tommy había recuperado visión en ambos ojos.